miércoles, 11 de abril de 2012

Tour astronómico por Praga

 

    Nuestro tour astronómico por la capital de la República Checa empieza por su mayor atracción turística, el reloj astronómico, en la plaza de la ciudad.
Según la leyenda el mecanismo del reloj fue construido por el maestro Hanus y por su ayudante Jakun en 1490. Los gobernantes de Praga cegaron al maestro Hanus para que no pudiera construirse una copia del reloj. Jakub vengó a su maestro introduciendo una mano en el mecanismo, atascándolo e inutilizándolo, a costa de quedar a su vez manco. El reloj de Praga lleva 600 años funcionando sin interrupción.

Los tres principales componentes del reloj son: 
    • El cuadrante astronómico, que además de indicar las 24 horas de día, representa las posiciones del sol y de la luna en el cielo, además de otros detalles astronómicos
    • Las figuras animadas que incluyen "El paseo de los Apóstoles", un mecanismo de relojería que muestra, cuando el reloj da las horas, las figuras de los Doce Apóstoles.
    •  El calendario circular con medallones que representan los meses del año. 

    Nuestra siguiente parada es la tumba del astrónomo Tycho Brahe, en la iglesia de Nuestra Señora de Tyn, también en la plaza de Praga. Tycho Brahe (1546-1601) es considerado el más grande observador del cielo en el período anterior a la invención del telescopio.
    El astrónomo se desplazó a Praga en 1599. Allí consiguió el favor del emperador Rodolofo II, quien le nombra "matemático imperial", le ofrece una mansión y le permite escoger entre varios castillos para construir un nuevo observatorio. . En Praga, Brahe conoce finalmente a Kepler, a quién confiaría los resultados de sus medidas de los movimientos de la Luna y los planetas realizadas durante décadas. 
    Brahe perdió la nariz en un duelo por una mujer según dice una leyenda. La sustituyó por una nariz de oro.



    Precisamente en la siguiente parada visitamos la casa de Kepler (1571-1630), en el nº 4 de la calle Karlova, donde hay un museo dedicado al astrónomo.
     El astrónomo alemán sustituyó a Tycho Brahe como matemático imperial de Rodolofo II. Tycho Brahe disponía de los que entonces eran los mejores datos de observaciones planetarias pero la relación entre ambos fue compleja y marcada por la desconfianza. No será hasta 1602, a la muerte de Tycho, cuando Kepler consiga el acceso a todos los datos recopilados por Tycho, mucho más precisos que los manejados por Copérnico. A la vista de los datos, especialmente los relativos al movimiento retrógrado de Marte se dió cuenta de que el movimiento de los planetas no podía ser explicado por su modelo de poliedros perfectos y armonía de esferas. Kepler, hombre profundamente religioso, incapaz de aceptar que Dios no hubiera dispuesto que los planetas describieran figuras geométricas simples, se dedicó con tesón ilimitado a probar con toda suerte de combinaciones de círculos. Cuando se convenció de la imposibilidad de lograrlo con círculos, usó óvalos. Al fracasar también con ellos, «sólo me quedó una carreta de estiércol» y empleó elipses. Con ellas desentrañó sus famosas tres leyes (publicadas en 1609 en su obra Astronomia Nova) que describen el movimiento de los planetas. Leyes que asombraron al mundo, le revelaron como el mejor astrónomo de su época, aunque él no dejó de vivir como un cierto fracaso de su primigenia intuición de simplicidad (¿por qué elipses, habiendo círculos?). Sin embargo, tres siglos después, su intuición se vio confirmada cuando Einstein mostró en su Teoría de la Relatividad General que en la geometría tetradimensional del espacio-tiempo los cuerpos celestes siguen líneas rectas. Y es que aún había una figura más simple que el círculo: la recta.



      Nuestra última parada es la casa donde residió Albert Einstein durante su estancia en Praga en 1911 y 1912, época en la cual desarollaba la Teoría de la Relatividad General (la publicó en 1915). Está situada en el número 17 de la plaza de la ciudad. En ella se reunía con los escritores Franz Kafka y Max Brod y otros intelectuales. En Praga Einstein dió clases de física teórica en la Universidad Alemana, donde estaba estipulado que los profesores llevarán un uniforme de gala. Einstein nunca se lo puso.




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